Nadar una prueba
de más de 20kilómetros nunca es fácil, pero puedo decir que la distancia entre
la Isla de Tabarca hasta Alicante nunca ha sido igual en las cinco ocasiones
que la he llevado a cabo, y todas han tenido un hándicap añadido a la
distancia. Este año tuvimos fuerte corriente en contra y un ligero levante que
complicó el nado severamente.
Soy nadador, es
mi pasión, amo este deporte, en su segmento más radical, las aguas abiertas,
completar largas distancias en cualquier
tipo de medio acuático, no suele ser fácil, pero me hace sentir vivo, olvidar
todas las nimiedades de esta vida, sentirme solo ante la naturaleza, y
superarlo, me hace sentir bien, saber que se puede superar todo en esta vida, y
me proporciona una satisfacción incomparable.
Esta edición no
ha sido la más numerosa, pero cada uno de los 15 nadadores que enfrentamos la
prueba teníamos nuestras motivaciones, nuestras ilusiones, y sin eso, es
difícil completar retos de esta envergadura. Admiro a todos y cada uno de los
nadadores que nadaron, unos motivados por ese reto que con tanto sacrificio han
preparado durante mucho tiempo, ese abrazo de tus seres queridos en meta, otros
por un propósito de superación personal, por ese momento al cruzar la meta,
sintiendo que lo que parecía una locura, o un imposible, se puede conseguir.
Las mías son siempre un poco de cada, pero esta dura prueba se ha convertido en
un homenaje a mis abuelos.
Este año no fue
la temperatura del agua, como en 2013, o el oleaje de la primera edición en
2012, tuvimos una temperatura llevadera entre 21 y 24 grados en el agua, que
igualmente es baja para estar más de 7 horas nadando. Las corrientes fueron las
protagonistas este año, y nos llevaron a una lucha, por alcanzar la meta, muy
larga y difícil.
La salida se
retrasó a las 7:40 de la mañana, cada uno acompañado por un kayak y kayaker,
que nos iba a proveer de los líquidos y algo de comida con los que superar los
más de 22Km que nos deparaba el día. Este año puedo destacar la transparencia
de las aguas, que en momentos permitían ver fondos a casi más de 12 metros, lo
cual también nos sirvió para notar que nuestras brazadas venían frenadas, ya
que el fondo no se desplazaba a la velocidad deseada.
Mientras pasan
los segundos, minutos, horas, piensas en la llegada, en ver a los tuyos,
cantas, sonríes, tienes sed, a veces hambre (en mi caso mucha hambre, cuanto
más avanzan los minutos), puede que te duelan los brazos, o el cuello y axilas
del roce de cada brazada y el agua salada, y esos segundos a veces se
convierten en minutos e incluso horas, otras veces pierdes la noción del
tiempo, y solo la recuperas cuando tu kayaker te avisa que has de beber, tal y
como le pediste antes de partir, miras delante, el Castillo de Santa Bárbara
queda lejos, hay veces que ni lo distingues, sigues nadando, ves un banco de
peces cruzarse ante ti a cierta profundidad, y sigues nadando, tal vez una medusa
a la que procuras esquivar, alguna ola producida por alguna embarcación, que ni
siquiera ves, pero sigues nadando……y los kilómetros cada vez son menos y las
ganas de llegar son mayores.
Y cuando ya vez
el arco de meta, y distingues algunas manchas en la orilla sabes que solo queda
un último esfuerzo, que una de esas manchas espera a que llegues, que solo con
tocar la arena seca es la meta de horas de nado, el tiempo ya es lo de menos,
no quiero más bebida, solo llegar, y el fondo se vuelve más claro y nítido,
escuchar a la gente gritar, el monótono sonido del mar que te acompañó durante
horas se torna agradable ruido de vida
humana próxima, vuelves a sentirte seguro, tras horas nadando a kilómetros de
la costa.
Últimos metros,
vamos un esfuerzo, que no parezca que ya me estaba empezando a costar, ¿ y
ahora?, solo me quedan fuerzas para cruzar la meta dignamente y saludar a los
míos, pongo mi mejor cara, un tanto desencajada e inflamada por el paso de las
horas en el agua, las marcas del gorro y las gafas son evidentes, y tardarán en
marchar, los rastros de este deporte. Pero llega mi momento, ya está, he
completado la prueba, la satisfacción no tiene escala de medida, pero si tiene
una cierta adicción, seguramente no volvería a nadar….pero mañana o pasado, estaré
pensando en el próximo reto, ahora disfruto, miro hacia la isla, ni siquiera la
veo, ¿tiempo?, me da igual, ya he terminado, pienso en mis compañeros, los que
han terminado, los que siguen nadando, desde las 5horas y poco hasta las casi 8
horas, nadie dijo que fuera fácil, y en el encuentro…. abrazos, miradas y
comentarios, todos hemos vivido lo mismo, eso nos une, y nos hace una gran
familia.
El domingo
ganamos los 15 nadadores que nos lanzamos desde Tabarca, ganaron nuestros
kayakers con nosotros, que sintieron esa misma satisfacción, que se
sacrificaron bajo un intenso sol, guardando equilibrio en un kayak en medio del
mar mientras nos alimentaban, apoyaban y sufrían con nosotros, gracias a todos
ellos. Ganaron nuestros familiares, que presentes o en la distancia pensaron,
ahora llevará tantas horas en el agua. Pero sobretodo ganó nuestro espíritu de
superación y nuestra pasión.
Y seguimos
nadando……Nos vemos en el agua amigos.
http://www.grupobrotons.es/fotografias/nggallery/2015/travesia-tabarca-alicante-2015
No hay comentarios:
Publicar un comentario