Cuando hablamos de aguas abiertas, Australia suena casi como una utopía, lejano, caro y peligroso.
Pues os voy a desmentir esos mitos, y al mismo tiempo os voy a contar la que ha sido una nueva experiencia en mi locura por las aguas abiertas.
La distancia más corta entre dos puntos es la línea recta, pero como bien sabréis, en el mar eso no funciona siempre así, hay otros factores que condicionan, pues para venir a nadar a Australia tampoco hace falta ser millonario, no sale más caro que pasar unas vacaciones en cualquiera de nuestros archipiélagos. España-Australia directo casi directo es caro, pero el truco está en llegar a Asia, destinos como Bangkok, Singapur o Kuala Lumpur son muy asequibles a día de hoy desde Europa, por poco más de 400€ tenéis un ida y vuelta, y desde estas capitales con excelentes aeropuertos internacionales, dar el salto a Australia es cuestión de entre 100-200€, lo que hace que ir y volver nos salga entre 500-600€. Eliminamos el primer problema, la distancia-precio.
La mayoría de vosotros me decía, “¿estás loco?, esas costas están plagadas de tiburones!!”, correcto, lo están, y Perth, en la costa oeste no es una excepción, pero como dicen por aqui, “ hay más probabilidades de morir por una vaca que por un tiburón”. En las 27 ediciones disputadas hasta la fecha nunca ha habido ningún problema con ningún escualo, si bien es cierto que unos días antes desalojaron la playa desde la que se efectua la salida de la prueba en 28 ocasiones por alerta de tiburones en la zona (existen una boyas a unos 300-400m de la orilla que detectan la presencia de tiburones y alertan con una alarma). También se ha de tener en cuenta que los números de la prueba son como asustar a todo tipo de fauna, con 2457 nadadores y 913 embarcaciones, sin contar medidas de seguridad.
Rottnest Channel Swim es una prueba de 19,7Km, que se lleva a cabo desde la playa de Cottesloe a la Isla de Rottnest, las inscripciones tienen lugar durante una semana únicamente, a finales de octubre, desde la plataforma online. Se puede nadar en modalidades solo, duo, team y relevos con kayak. Edición tras edición ha adquirido más y más popularidad hasta el punto en que en la actualidad se alcanzan los 2450 nadadores entre todas las modalidades. La cuota de inscripción, para los solo, es de cerca de 400AUS$, (unos 280€ al cambio), pero el único problema real reside en la obligatoriedad de disponer de una embarcación de apoyo y un kayak o paddle board de soporte, esto si es un quebradero de cabeza para los nadadores internacionales. La organización facilita contactos con embarcaciones, pero no siempre es fácil de encontrar el idóneo, y no suelen ser baratos. Los datos técnicos de la prueba, 19,7Km, corrientes variantes durante todo el trazado, meteorología poco favorable de forma habitual, temperatura del agua entre 19-22 grados y posible fauna marina (medusas, delfines, tiburones, ….).
Tuve la suerte de poder contar con Max y Paul, con embarcación y Sky para acompañarme, no pude tener mejor apoyo, ambos gracias a mi amigo Lars Bottelier, nadador internacional de aguas abiertas holandés, pronto lo veréis haciendo grandes marcas en competiciones internacionales.
Me alojé en un modesto backpacker-hostel a 20 metros de la playa de Cottesloe, impresionante lugar, se podía sentir el más puro estilo surfero australiano, no solo por el lugar en sí, sino por el ambiente y las gentes de la zona. Moverse, así como comer no es barato del todo para los españoles, pero somos gente de recursos, y con poco nos arreglamos.
Hubo un briefing para los locales a primeros de febrero, y el de los internacionales, que éramos otros muchos, fue la tarde previa a la prueba. Normativa habitual a este tipo de pruebas, neopreno prohibido, chip colocado, salidas por oleadas. Me inscribí en la categoría Amateur, la pro, denominada “Champions of the Channel” daba cabida a nadadores olímpicos, como el vencedor Jarrot Port y grandes figuras de la natación australiana como Solomon Wright, Bradley Smith o Trent Grimsey.
Salida en la oleada 3, diez minutos más tarde de la 2, pronto alcancé a mi kayaker, situado entre 500-1000m de la salida, y a la búsqueda de mi bote al que he de localizar entre los 1000 y 1500m, esa es la distancia máxima, marcada con un velero enorme, y el que no has de pasar sin tu equipo de apoyo. Parece tarea fácil, pero son más de 900 barcos y otros 1000 kayaks a la búsqueda de su nadador en un espacio bastante reducido.
A partir de ahí solo una meta, llegar a Rottnest lo antes posible, paradas breves para hidratar e ir adelantando a nadadores de las oleadas previas. Y el plan marchó a la perfección durante los primeros 10km, alcanzando a la casi totalidad de la oleada 2, y alguno de la primera, pero como siempre decimos, en el mar has de estar preparado para todo, y tras la paradas de los 11km a las 2h30' de nado, comencé a vomitar, era cambiar mi posición para beber, y no poder parar de echar hasta las papillas, lo intenté como 3-4 veces más, el mar estaba complicado, muy movido, no eran grandes olas, pero si incómodo, sumada a la temperatura del agua sobre los 19-20 grados, y corrientes que variaban de frente a costado. Necesité una parada larga en el km 13 para terminar de vaciarme, y decidí cambiar el plan, no podía pretender llevar el ritmo fuerte que llevaba, no podía hidratar, era beber y vomitar casi al unísono, así que modo finisher on, olvidamos lo de entrar en podio, 7 últimos km sin dar un trago o comer nada, solo intentando ver cada vez más cerca una isla desconocida para mi, y que se había convertido en una nueva ingrata experiencia.
La experiencia es un grado, a pesar de no haber tenido este problema nunca, sabía lo que debía hacer, y creo que me ayudó a enfrentarme a esos últimos kilómetros sin beber, bajo un intenso sol.
No fue mal, baje consideráblemente el ritmo, y de las 4h45' esperadas tras los primeros 10km, alcanzamos la meta en 5h43', una hora más de lo que tenía en mente, pero tan contento!!
Sumábamos una nueva prueba, otro país, otro continente, otra gran experiencia y una nueva dificultad superada con éxito.
Para quien se la está planteando, solo decir que vale la pena, muchisimo. Y en lo que os pueda ayudar, contar conmigo.
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